No te lo creas. No creas lo que te digan, eso de que “se cómo eres, es lo mejor”. Es mentira, no quieren que seas como eres realmente, al principio no les molestarán tus problemas, ni tus llantos, ni los intentos de abrazos ni los besos de madre falsos. AL principio todo el mundo parece ser todo el mundo y los problemas quedan escondidos en la curiosidad de conocer más al desconocido. Pero con el tiempo todo queda a la luz, si eres como eres, hablas lo que quieres y actúas como debes, las personas se hartan de ello, porque a nadie suele gustar eso que escondemos en el interior de nosotros mismos intentando buscar a ese yo definitivo. Esperamos en ese duro camino a alguien que lo soporte, a aquella persona que tenga la esperanza, paciencia y cariño de esperar a conocer a lo mejor de ti mismo, a ese tú que buscabas desde hace tantísimo, que ha pasado por fin la etapa de las dudas y los conflictos, de los llantos y de los quejidos, de las risas inseguras y las miradas inciertas. Solo esa persona que tolere nuestras más extrañas rarezas. Pero pocas personas se quedan hasta el final, pocas aguantan esas manías que llegan a convertirte a ser quien eres, porque ellos mismos, que no las aguantan, las echarían de menos al no presenciarlas.


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